viernes, 16 de enero de 2009

Reparaciones sin reparo

KATIA SIBERIA GARCÍA

Con las ollas, hornillas y refrigeradores que trajeron al hogar cubano alegría y comodidad llegaron también preocupaciones. No fueron pocos quienes, a riesgo de parecer escépticos, comenzaron a pensar en cómo y dónde arreglar los equipos que como parte de la Revolución Energética se entregaban.

Foto: Yaimí RaveloRefrigeradores del fondo de giro, necesario cuidado de clientes y administradores para mantener ese servicio.

A partir del 2005 las inversiones del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) fueron incrementándose: locales adecuados, herramientas, mayor disponibilidad de piezas de repuesto... varias fueron las mejorías. Desde entonces, más de 7 millones de esos efectos electrodomésticos se han reparado en los 600 talleres del país habilitados con ese fin.

Sin embargo, al cierre del 2008 se quedaban sin arreglar diariamente, como promedio, unos 330 equipos. Y aunque en el 2007 esa cifra rondaba los 600, la estadística no deja de ser importante porque se trata, en la mayoría de los casos, de hogares donde solo la electricidad hace posible la comida del día.

Fisuras en REPARACIÓN

El mal manejo es presentado como una de las causas fundamentales de las roturas, amén de que no siempre la calidad ha acompañado la compra de estos equipos. Ante los desperfectos, la falta de repuesto se esgrime como una de las razones para no regresar con el equipo a casa. Paradójica situación, teniendo en cuenta que casi 22 millones de dólares garantizaron en el 2008 un flujo sistemático de piezas. Entonces ¿por qué?

Los más de 4 000 técnicos deben poner empeño, pues se trata de equipos imprescindibles en el hogar.

Según María del Carmen Vázquez Martínez, viceministra a cargo de los servicios en el MINCIN, el inventario de piezas debe tener una cobertura de 60 días en la provincia, 40 en el municipio y 10 en el taller, pero esta práctica ha estado fallando.

La distribución interna tiene que mejorar. Estamos implementando una red informática que se actualiza cada día para tener bien claro cuáles son las partes más demandadas y reforzar cada provincia, señala. No obstante, reconoce María del Carmen, el CIMEX y el MINCIN trabajan para que las compras sean cada vez más específicas y la distribución mejor concebida.

La reparación en los talleres ha permitido que los hogares cubanos puedan seguir contando con equipos de la Revolución Energética.

El objetivo es que la pieza esté cerca, pero es el administrador de cada taller quien debe hacer la solicitud a tiempo, para prever la falta, afirma.

Dale taller

En Monte 55, en La Habana Vieja, el administrador Rolando Martínez Morgado recibe diariamente unos 70 clientes. Entre las mayores demandas: la junta y el mango de la olla de tres válvulas. Cuando entran esas partes, son pocas. Las que no pueden reponerse las anotamos en el libro y las tomamos como pendientes, explica. Entonces comienza la búsqueda en los locales vecinos hasta llegar a los almacenes provinciales, si es necesario.

Quizás por ese mecanismo, clientes como José Miguel Valle permanecen a la espera. Sin embargo, para él lo más inexplicable es que no exista ninguna pieza para los televisores Panda que se han distribuido. En otros talleres visitados la situación (en el caso de los TV) fue similar.

Muy cerca, en Monte esquina a Indio, la administradora Annia Tamayo de la Rosa muestra 10 refrigeradores destinados al fondo de giro.

Esta es una facilidad que se ofrece en todo el país (existen más de 2 500 refrigeradores disponibles) y permite que el propietario del refrigerador que no tenga arreglo en el día, pueda disponer de otro en forma de préstamo, hasta tanto el suyo quede reparado. El taller tiene condiciones de transportación y debe garantizar este servicio, enfatiza la viceministra María del Carmen.

Annia lo confirma y hasta pone ejemplos positivos de este servicio. Solo que al abrir las puertas de los equipos algunos exhiben visibles charcos en el congelador y juntas con moho. Puede que el deterioro termine lacerando la pertinente idea.

Así, entre algunas incongruencias y beneficios marcha el programa, liderado por los más de 4 000 técnicos que en todo el país se enfrentan a las disímiles roturas. Ellos llevan, quizá, la mayor responsabilidad y ante la falta de equipos de medición para comprobar la calidad del arreglo y los parámetros de eficiencia, la garantía se les torna complicada.

El equipo tiene que funcionar, si no, aparecen alternativas que no siempre son eficientes y entonces estaríamos contradiciendo el principio de la Revolución Energética de ahorrar, asegura la Viceministra.

Sobre el servicio en estos talleres de refrigeración, enseres menores y electrónica, muchos clientes aluden al alto precio de las piezas de repuesto.

A diferencia de los equipos, que sí son subsidiados por el Estado, estas no tienen precios preferenciales. No obstante, según Marino Murillo, ministro de Comercio Interior, las 18 que más se rompen, poseen hoy un valor por debajo de su costo.

Pero la solución, más que reparar, es dar mantenimiento, sostienen funcionarios del sector. De ahí que, sin desdeñar las reparaciones del taller, los técnicos deban acercar su carpeta de herramientas a las cuadras.

Mientras, se impone la exigencia en los talleres. Esperemos que los administrativos den respuesta efectiva ante denuncias que hablan de dilaciones, malos tratos y desvíos para lucrar a costa de las necesidades de la ciudadanía.

No hay comentarios: