miércoles, 8 de abril de 2009

Borrar las huellas de la papa

Hacía muchos años que la agricultura habanera no lograba los niveles de siembra que alcanza hoy en las áreas donde se cosecha el tubérculo

Juan Varela Pérez
juan.pvp@granma.cip.cu

Lo peor que puede sucederle a la agricultura es tener una mala rotación de sus tierras. Esta constituye —opinan los especialistas— la causa principal de largos e injustificados baches que anualmente se manifiestan en determinadas producciones.

 Foto: Yaimí RaveloLa empresa de Batabanó, aunque ha sembrado 219 hectáreas en áreas de papa, necesita mejorar su ritmo diario.

Esa ineficiencia, que ahora trata de erradicarse, le ha valido no pocas críticas de la dirección del país a los dirigentes del sector.

Las medidas organizativas y técnicas en vigor contribuyen a que hoy el panorama se torne diferente, al estar sembradas el 84% de las tierras cosechadas de papa. Hacía muchos años que no se obtenía tal ritmo.

Inestabilidad y carencia de determinados suministros básicos (petróleo, fertilizantes, maquinaria...) aparecían como los argumentos principales. A estos pudieran sumarse la falta de exigencia administrativa y no colocar la tarea en el lugar que le corresponde.

Foto: Yordanka AlmaguerLa inversión en modernas máquinas de riego eléctrico es una garantía para una producción agrícola estable.

No obstante sus limitaciones económicas, el Estado invirtió cuantiosos recursos en un programa que dota a la agricultura—especialmente en La Habana— de los medios capaces de garantizar el desarrollo y la seguridad de la producción agroalimentaria.

Bastaría este ejemplo para demostrar lo antes señalado: el montaje y puesta en explotación, en el 2008, de 104 máquinas de pivote eléctrico elevó a 226 el total de estos equipos disponibles en la provincia. Ahora, incluidas las 47 Fregat que existían, aumentan a 7 833 las hectáreas favorecidas por el riego.

Ha sido familiar y frecuente ver campos recién liberados de papa "invadidos" por las malas hierbas. Razones pudieran haber existido —y no pocas —pero ninguna justifica semejante abandono.

Por esa incompetencia se pierden los nutrientes residuales que dejan los fertilizantes, las condiciones favorables de suelos beneficiados por la preparación recibida para el tubérculo, y la posibilidad de utilizar el riego.

Etapa de cambios

Dada su influencia en la agricultura cubana y las grandes extensiones dedicadas a la papa, La Habana es la abanderada de una etapa que debe marcar, por su extensión, un cambio: que de las 4 788, 3 hectáreas para recolectar no quede luego un solo espacio vacío.

En uno de sus frecuentes recorridos por la provincia, José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, insistió en la urgencia de solucionar definitivamente este grave y reiterado problema.

Los habaneros, responsables del 25% del plan nacional de cultivos varios, deben abastecer a más de tres millones de personas. Materializarlo exige estricto control fitosanitario, disciplina, un óptimo uso de los suministros y algo decisivo: sistematicidad, estabilidad y chequeo constante en la base productiva.

Por lo que representa para la seguridad del país, la producción de alimentos necesita unir muchas voluntades. En la empresa, la finca, la brigada y el área, el Partido tiene un rol prominente junto a la Unión de Jóvenes Comunistas y el resto de las organizaciones e instituciones.

Cuando se inició la actual cosecha de papa en el municipio de Batabanó, Ulises Rosales del Toro, miembro del Buró Político y ministro de la Agricultura, orientó que la siembra de esos campos debía realizarse entre los siete y 10 días. Toda entidad que rebase ese tiempo compromete las entregas para los próximos meses.

Siempre hay excepciones pero, en sentido general, en La Habana se cumple la directiva. A diferencia de pasados años el primer trimestre del 2009 muestra un balance alentador. En la etapa fueron liberadas 1 809 hectáreas y de ellas están ocupadas de nuevo 1518, en lo fundamental con calabaza, maíz y boniato, de los llamados cultivos de ciclo corto.

Beneficiadas ahora por la nivelación, tales fincas recibirán en los finales de este 2009, en mejores condiciones, la campaña papera del 2010. La malanga es una vianda de ciclo largo que requiere mucha agua y casi un año para su cosecha. Por lo general alterna con estas áreas destinadas a la papa.

Empresas que sobresalen

La Empresa de Cultivos Varios de Güira de Melena es la más sobresaliente del pasado trimestre, con 278 hectáreas sembradas de las 335 liberadas. Le sigue Melena del Sur, que de 290 hectáreas ha plantado 229.

Las de Güines, Batabanó y San Antonio de los Baños registran un acumulado inferior al promedio de La Habana. Apuntan que la demora en la disposición de las tierras, les obligó a romper, cruzar y surcarlas para viandas que como la malanga demandan una superior preparación de los suelos.

El ingeniero Nestor Martínez, jefe de producción de cultivos varios de la provincia, explicó a Granma que al medirse con igual fecha del 2008 se ha sembrado un 60% más de las llamadas "áreas paperas".

Considera que existen suficientes recursos en semillas, fuerza de trabajo y equipos para incrementar el ritmo en abril y cerrar mejor el cuatrimestre.

No se trata, aseguró, de sembrar para cumplir un plan. El tratamiento posterior determina. Lo invertido y el esfuerzo de los agricultores deben traducirse en más productos de calidad, bien acopiados, que lleguen a la población.

Constituye una de las vías para eliminar los baches cíclicos en determinadas viandas y hortalizas. Una segunda rotación anual a las tierras tiene entre sus ventajas el aprovechar mejor los suelos y obtener más producción en igual extensión cultivable. El incremento en los precios es una motivación adicional.

Los trabajadores, así lo apreció este reportero en los colectivos de varios municipios, se sienten estimulados al disponer de una moderna tecnología , el reordenamiento del sector y una atención todavía no ideal pero que gana terreno. A ello se suma la aplicación de variantes en los sistemas de pago que incrementan sus ingresos.

Ojalá sea este el feliz comienzo de una etapa más prometedora en algo tan necesario para la producción agroalimentaria: la mejor explotación de la tierra y los recursos técnicos puestos a su disposición.

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