miércoles, 4 de marzo de 2009

La crisis actual ha puesto al desnudo las carencias y fallas del sistema

Expresó José Manuel Zelaya Rosales, Presidente de Honduras en el XI Encuentro de Globalización y Problemas del Desarrollo. Condena el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba

Deisy Francis y Susana Lee
Francis_mexidor@granma.cip.cu
Susan.ll@granma.cip.cu

Foto: Jorge Luis GonzálezLa importancia de la integración para hacer frente a la actual crisis económica. La búsqueda de nuevos modelos de desarrollo y en ese contexto el combate a la pobreza, estuvieron en el centro de la ponencia presentada la víspera por José Manuel Zelaya, Presidente de Honduras, en la segunda sesión del XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo.

El mandatario hondureño fue el primer orador de la tarde. Tras manifestar que constituía para él un gratísimo honor participar en este evento, refirió que la integración es el camino a seguir hoy.

Nuestras economías —dijo— se encuentran prácticamente asiladas en este contexto del debate internacional de los grupos que monopolizan el comercio, pero integrados, podemos buscar respuestas alternativas.

Recordó que cuando su país decidió incorporarse a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), lo que calificó como "un hecho sin precedentes en Honduras", empezaron a implementarse inmensos programas de cooperación conjunta, que se propusieron erradicar el analfabetismo, la pobreza rural, y el impulso a procesos agrarios para los pequeños productores del campo, entre otros, señaló el dignatario.

Zelaya enfatizó que la crisis ha servido para poner al desnudo las carencias y las fallas del sistema, desvestido sus vicios, y sus adicciones, sus flaquezas y debilidades, y ha golpeado las estructuras de todos los componentes del modelo capitalista. "Comenzó como una especulación financiera en Estados Unidos y al final terminó afectando a los bancos, a las compañías multinacionales y al mundo", añadió.

Acotó asimismo, que pese a la grave crisis, este no es el fin del sistema capitalista, pero que "el capitalismo financiero, especulativo, y la globalización ingobernada, injusta, intolerante están heridos de muerte. Se requiere mucha voluntad política, porque este sistema ha demostrado a través de la historia su perversa capacidad para reproducirse".

De igual manera criticó la gran desconfianza que se ha generado en los mercados, el pánico, la estampida de muchos capitales, así como el aumento del desempleo, el hambre, la pobreza, y mayores formas de desigualdad y dependencia.

Por ello llamó en su intervención —muy ovacionada— a reestructurar el orden económico internacional, con derechos de equidad y justicia.

En ese sentido Zelaya resumió en sus ideas que la globalización debe abrirse fronteras a los espacios de la solidaridad humana; el capital debe estar al servicio del hombre y de la mujer y nunca a la inversa, y la necesidad de nuevas regulaciones y controles en función de nuestros países y no para procesos de dominación política.

Antes de concluir pidió saludar de forma muy especial al Gobierno y al pueblo cubanos. "Admiramos y respetamos a Cuba, hemos reconocido su lucha" y condenó "el absurdo bloqueo" que Estados Unidos ha impuesto por casi cinco décadas a la Mayor de las Antillas.

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