Cinco décadas han transcurrido desde la mañana triunfal en que Cuba despertó a la Historia como un país libre y soberano, forjado con la savia nutricia de generaciones de incansables luchadores.
Cincuenta años en que la Revolución se ha robustecido y ha sorteado escollos y difíciles circunstancias, que transitan por el más prolongado y criminal bloqueo que conoce la humanidad, la hostil y agresiva política de las sucesivas administraciones yanquis, aupadoras de la mafia cubano americana y de cuanta parafernalia necia se les halla ocurrido en su afán de destruir al sistema social que construye la mayor de las Antillas.
Cada 1ro de enero durante este medio siglo, los cubanos hemos pasado revista al año anterior y expuesto propósitos y metas, siempre con el presupuesto de que este pueblo no claudicará jamás, ni negociará la soberanía lograda al costo de la sangre de sus mártires y el esfuerzo de sus hijos todos.
Un objetivo prima también este año que comienza: dar más de sí en lo personal y en lo social.
Y esa lucha por el bienestar general, lo harán con mesura y conciencia de los límites éticos.
Alegrémonos en este inicio de año, atrás quedó el 2008, etapa que si bien se caracterizó por graves perjuicios generados por fenómenos meteorológicos, también estuvo signada por el optimismo y la confianza en las propias fuerzas y en el humanismo de la Revolución.
Ningún cubano quedó desprotegido en los difíciles momentos en que los huracanes Gustav, Ike y Paloma azotaban el país, y posteriormente, aún con las casas destrozadas y los cultivos devastados, nadie se consideró solo e inerme ante las cuantiosas pérdidas materiales.
Eventos meteorológicos que dejaron tras sí 47 municipios del país seriamente comprometidos y, en el caso particular de Camagüey, más de 119 600 viviendas afectadas, y casi 10 000 destruidas totalmente, sumado a severas pérdidas en ganado mayor y menor, cultivos varios, tabaco, techumbres y estructuras de fábricas. Pero daños que ya se mitigan con la colaboración de todos.
Ese es el pueblo cubano. Esta es la Revolución, esencia y raíz del Sistema Socialista, que ha resistido los avatares naturales, y se ha desarrollado dialécticamente de la mano de nuestros líderes históricos, encabezados por Fidel Castro Ruz.
La llanura agramontina es hoy escenario de laboriosidad y hermanamiento entre los lugareños y la mano coterránea que se ha extendido desde Pinar del Río hasta el Oriente de Cuba en apoyo a esta provincia, pero acción que ha sido recíproca como insoslayable principio de solidaridad cuando otros territorios cubanos se han visto también afectados.
En este momento glorioso en que Cuba celebra otro aniversario del triunfo de la Revolución, el Camagüey ratifica que seguirá siendo como la victoriosa tropa insurrecta de Ignacio Agramonte.
Hagamos cada uno la parte que nos toca, y hagámosla bien. Transitemos por el 2009 conscientes de la fuerza y el poder que proporciona un pueblo conscientemente en Revolución.
Que la alegría prime en los hogares agramontinos, y que los votos por otro año exitoso estén signados por la voluntad de hacer "Cada día una obra mejor".
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