Por: Rosa Blanco Ramos.
A pocos días de ser designado Ministro de la Industria Azucarera Cubana, el ingeniero Luís Manuel Ávila, hace su primera visita a la provincia de Camagüey.
Es un viejo conocido de los agroindustriales agramontinos.Por eso su visita en horas de la madrugada al ingenio Siboney no pasa inadvertida ni para los trabajadores ni para la prensa cubana.
La industria del azúcar en Cuba ha disminuido sustancialmente sus volúmenes de producción. El viejo y obsoleto bloqueo norteamericano a la Isla, fue la causa principal de ello, sin descontar, la falta de eficiencia y altos costos del proceso productivo.
Cierto que nadie quedo sin empleo. Estudiar fue una de las variantes más novedosas, pero al hombre azucarero lo que le gusta en verdad es producir la dulce miel.
Por eso cuando el poderoso Huracán Ike arrasó el enorme corpachón del ingenio Siboney, en el municipio Sibanicú, provincia de Camagüey, todo parecía indicar que pasaría al grupo de los que…no podrán moler…ni hacer azúcar….
Cuando el Ministro Ávila constató cómo se estaba trabajando en la modernización de los cuatro molinos, que dejarán de ser de vapor para pasar a eléctricos, en el área de calderas y en todos los rincones del bien llamado “Reloj azucarero”, no albergó dudas de que en los próximos días la panza del Siboney se llenará de las cañas y se producirá azúcar.
“Es una verdadera proeza laboral lo que ha logrado aquí…..dijo el Ministro a los obreros del central.”
“En el país, dijo, este año hemos tenido mucho mejor aseguramiento que otros.Hemos adquirido 26 nuevas y modernas combinadas de corte y 160 camiones de tiro de caña con una capacidad de 35 toneladas cada uno.
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