Por Antonio Rondón García
Moscú, 5 jul (PL) Rusia y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) confirmaron en una reciente reunión en Sochi sus diferencias respecto al sistema antimisil europeo y el empleo de la fuerza contra Libia.
Aunque hubo movimientos hacia la conciliación, como las declaraciones del presidente ruso, Dmitri Medvedev, quien calificó las pláticas de esperanzadoras, el resultado concreto fue negativo.
Las conversaciones sobre la creación de un sistema de defensa antimisil conjunto en Europa (DAM) se empantanaron, afirmó el representante ruso en la OTAN, Dmitri Rogozin, tras el encuentro con sus similares de ese pacto militar.
Para Rogozin, los socios occidentales se niegan a escuchar la opinión de Rusia y actúan según un plan preconcebido. La formación del sistema antimisil europeo esta dirigido contra el potencial estratégico ruso, expresó el funcionario, sin tapujos.
La reunión de Sochi al nivel de representantes contó con la presencia de Medvedev y el secretario general de la alianza atlántica, Anders Fogh Rasmussen, quien apenas reconoció que Moscú y Bruselas enfrentan los mismos retos y amenazas.
Pero los reclamos de Rusia de firmar un documento jurídico para garantizar que ninguna de las partes hará nada en contra de la otra Rasmussen los dejó a un lado. Es suficiente lo contenido en el Acta fundacional para la cooperación de Rusia y la OTAN de 1997, apuntó.
Según el diario Kommersant, Rusia y Estados Unidos estuvieron próximos a firmar una declaración conjunta en el marco de la cumbre de los siete países más industrializados y esta nación (G-8), en Francia.
El documento fue elaborado por el viceministro ruso del Exterior Serguei Riabkov y la vicesecretaria de Estado norteamericana Hellen Tosher, pero a última hora el mandatario estadounidense, Barack Obama, al parecer, presionado por la CIA y el Pentágono, se negó a firmarlo.
La reunión en Sochi, en cambio, abrió más aún la brecha para el entendimiento entre ambas partes, en especial, en lo relacionado con la idea lanzada en noviembre pasado por Medvedev en la cumbre del Consejo Rusia-OTAN en Lisboa, para crear un DAM sectorial.
El proyecto consistía en dividir la región europea en zonas de responsabilidad colectiva para protegerse unos a otros, pero Rasmussen insistió en la necesidad e incluso un supuesto beneficio para la OTAN de que Rusia cree su propio escudo antimisil.
Ambos sistemas (por separado) podrían colaborar en un futuro, intercambiar información y evitar agresiones desde afuera, estimó el secretario general de la OTAN.
"No logramos ponernos de acuerdo sobre la visión sectorial del DAM europeo", reconoció el ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov.
Ellos alegan que el quinto punto del Acuerdo de Washington prohíbe a los 28 miembros de la alianza atlántica delegar su defensa a naciones fuera del pacto militar, destacó el diplomático ruso.
La prensa local comentó antes de iniciarse el encuentro en Sochi que Polonia había insistido en la necesidad de presentar el argumento del Acuerdo de Washington, en medio de sus planes de no sólo mantener cohetes Patriot en su territorio, sino también desplegar cazas F-16.
De acuerdo con el diario Nezavisimaya Gazeta (NG), Varsovia acordó con el Pentágono el traslado de dos escuadrillas de F-16 norteamericanos situados en la base italiana de Aviana a una nueva instalación en territorio polaco.
Sabemos que se establecen acuerdos bilaterales para desplegar parte del DAM estadounidense en Europa y sobre el incremento de la actividad de buques de guerra que serán parte del componente naval de ese sistema, señaló por su lado Lavrov.
El canciller ruso se refería a la participación del buque estadounidense Monterrey, dotado de sistemas antimisiles, en maniobras conjuntas con Ucrania en el Mar Negro y su reciente visita a puertos georgianos, algo rechazado por Moscú a todas las instancias.
La Casa Blanca de ninguna forma toma en cuenta las preocupaciones del Kremlin, consideró en junio pasado el ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov, tras una reunión con sus colegas del Consejo Rusia-OTAN en Bruselas.
Estados Unidos se dispone a desplegar misiles interceptores SM-3, que en su versión modificada poseen un mayor alcance, a toda la región europea rusa y podrán ser instalados en tierra, a diferencia de la versión original para navíos, afirma NG.
Asimismo, el secretario general de la alianza atlántica ve la solución a las diferencias mutuas para el próximo año, en la cumbre del Consejo Rusia-OTAN en Chicago.
Por otro lado, tampoco hubo muchas coincidencias respecto a las interpretaciones por ambas partes de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU sobre Libia.
Antes de iniciarse la reunión del consejo, Medvedev dialogó con su similar sudafricano, Jacob Zuma, quien recién realizó una misión mediadora en Libia para conciliar posiciones, al argumentar la necesidad de una salida pacífica al conflicto en Libia.
Rasmussen volvió a esgrimir los argumentos empleados por la OTAN para justificar sus bombardeos a Libia, iniciados el 19 de marzo pasado, sobre la supuesta misión de proteger a la población civil, entre la cual ha causado ya cientos de muertos y heridos.
Lavrov advirtió que la alianza atlántica interpreta la citada resolución como un permiso para que cualquiera haga lo que quiera con el alegado objetivo de proteger la vida de los civiles.
De hecho, aunque ello está prohibido por la resolución 1970 del CS de la ONU, Rasmussen opinó que el suministro de pertrechos bélicos a la oposición armada libia busca "proteger a la población".
Cualquier tipo de suministro de armas a Libia es una violación de las resoluciones 1970 y 1973 del CS, tal y como lo es también el envío a ese país de instructores militares, denunció Lavrov.
El ambiente acogedor de Sochi, que por primera vez es sede de una reunión del mencionado Consejo, de ninguna forma se reflejó en el tono de las pláticas, las cuales más bien confirmaron diferencias y abrieron mayor incertidumbre en los nexos Rusia-OTAN.
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