SAN SALVADOR, 1 de junio.— El nuevo presidente de El Salvador, Mauricio Funes, dijo hoy que será fiel al juramento hecho, guiándose por los intereses nacionales y por el afán de servir a la población más desfavorecida, realizando una revolución ética.
El pueblo salvadoreño pidió un cambio y ahora comienza, no por la voluntad de un presidente, sino por las manos de una nación con conciencia de que solo será posible con la unión de todos, añadió al usar de la palabra ante el Parlamento, tras recibir la banda presidencial.
Agregó que la unión será en torno a un proyecto de desarrollo nacional con base en la inclusión social, la valorización de la producción y del trabajo, la modernización de las instituciones y la garantía plena de las libertades democráticas.
Planteó que no hará lo que anteriores gobernantes, que fueron complacientes con la corrupción, cómplices del crimen organizado y pactaron con el atraso en todas sus formas de expresión.
Hay que reinventar nuestro país creando un nuevo proyecto de nación que, al mismo tiempo, rescate la gran deuda social y acelere nuestro progreso humano y tecnológico, subrayó.
El mandatario afirmó que gobernará en medio de una crisis socioeconómica profunda cuya responsabilidad es de la elite que estuvo hasta hoy en el poder, y recalcó que se lanzará a un plan global anticrisis resguardando los empleos y generando nuevas fuentes de trabajo, protegiendo los sectores más vulnerables e impulsará políticas de Estado para la protección universal de todos.
Al mismo tiempo se declaró decidido impulsor de la unidad regional y latinoamericana. En coherencia con esa visión tendremos relaciones diplomáticas, comerciales y culturales con todos los países de América Latina y de inmediato se restablecerán los vínculos diplomáticos, comerciales y culturales con Cuba, subrayó. (PL)
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