Cuba está afectada por la crisis económica internacional actual y otros avatares (bloqueo, huracanes…) muy a pesar de la calidad de su sistema ideo-político que hace todo lo humanamente posible para evitar males mayores.
Ilustra lo anterior tener educación gratuita, incluso para los estudios universitarios, extendidos ahora a todos los municipios del país. Algunos entendidos de la dinámica social certifican que el archipiélago es una suerte de país-universidad.
La esperanza de vida se enrumba hacia los 80 años, la mortalidad infantil por cada mil nacimientos vivos es de menos de cinco y no existe el robo de infantes o tiroteos en instituciones estudiantiles.
En todo el territorio nacional los beneficios derivados de la Biotecnología —por ejemplo, los medicamentos a pacientes de SIDA o vacunas contra el cáncer pulmonar—, se ponen a disposición de los enfermos al margen de la ideología que tengan.
Sin embargo, factores exógenos inciden sobre el país. Nos afecta la caída de los precios mundiales, como es el caso del níquel, rubro que representa el 27 por ciento del valor total de las exportaciones.
José Ramón Machado Ventura, primer vicepresidente de Cuba, durante una reciente visita a la provincia Granma, en el oriente de la nación, manifestó que el níquel bajó de 50 mil dólares la tonelada a 10 mil, lo que hace muy difícil la costeabilidad de esa industria.
Además, hay que cuantificar los efectos negativos del bloqueo económico de Estados Unidos el cual —solo por la reubicación geográfica del comercio y de los mercados a que ha sido obligada Cuba y los daños y perjuicios económicos que ocasiona— ronda los mil millones de dólares.
Agrava esta situación el desgaste causado por tres huracanes durante el 2008, con un monto cercano a los 10 mil millones de dólares, es decir alrededor del 20 por ciento del Producto Interno Bruto de ese año.
Simultáneamente, en alimentos el país tuvo que pagar 907 millones de dólares más que en el 2007 y de esa cifra, cerca de 840 millones por incrementos de precios.
En este escenario, hay que incrementar la gestión de las exportaciones y de sustitución de importaciones.
Rodrigo Malmierca Díaz, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, en la entrega del Premio Nacional al Exportador 2008, dijo:
“Debemos sentir vergüenza cuando importamos algo que sabemos es factible producir en Cuba con la calidad requerida. Hay que rechazar el facilismo y ser más exigentes, empezando por nosotros mismos”.
En resumen, la eficiencia debe ser la respuesta a la actual crisis. (Por Noel Manzanares Blanco)
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