MICHEL HERNÁNDEZ
Cualquier persona que la haya visto compartir los sueños de juventud con sus hermanos de la Nueva Trova, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola o Vicente Feliú; transitar por las filas del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, bajo la dirección del maestro Leo Brouwer, o subir al escenario junto a figuras de gran calibre como Pete Seeger, Joan Manuel Serrat, Daniel Viglietti, Lucecita, Sonia Silvestre y Chico Buarque, podría pensar que ya Sara González había dicho todo, o casi todo, en la música cubana.
Pero esta artista acaba de revalidar sus méritos con la presentación de su más reciente material fonográfico, Cantos de mujer Vol. II, en el teatro Astral.
Desde hace varios años, Sara decidió darles forma definitiva a las ideas que circulan en su mente con la exploración en algunos de los territorios menos conocidos de la creación contemporánea de la Isla. Y el camino la llevó a ponerse bajo la piel de compositoras que han hecho época en la música cubana de todos los tiempos. ¿El resultado? Un disco que sorprende por la calidez y sensibilidad con que su autora toma el mando de las letras de textos que no solo forman parte indisoluble de nuestro repertorio musical, sino que parecen integrar la banda sonora de su vida. Son trece canciones conquistadas definitivamente por los aires del bolero, la guaracha, el jazz, el son, la guajira, y, por supuesto, la trova.
La Sara que aquí se escucha no es solo la conocida intérprete que ha definido con corazón temas cardinales de la Nueva Trova. Es una Sara que también ha dado nuevas pruebas de su capacidad interpretativa al hacer suyo un repertorio de canciones que desgrana con pasión y belleza, como son los casos de Será tu condena (María A. Gómez), Eclipse (Margarita Lecuona), Quizás un Bolero (Lourdes Torres), Yo soy el punto cubano (Celina González) o Contracorriente (Yamira Díaz).
En este concierto, bajo la dirección musical de Víctor (Pucho) López y la colaboración del equipo del programa Cuerda Viva, la trovadora supo mostrar su perfil más íntimo cuando entregó notables versiones de textos que corporizan el complejo mundo interior femenino y conservan, indudablemente, el espíritu original de sus creadoras. Otro de los momentos cargados de emotividad fue la exhibición del videoclip del tema de su propia autoría, Por todo gracias, dedicado a la Heroína de la Sierra y el Llano, Vilma Espín.
Su origen trovadoresco le permitió adentrarse con alto vuelo poético en la vastedad rítmica de obras como Mi tierra es así, de Radeúnda Lima; Qué falta de respeto, de Alina Torres; Flores para tu altar, de Julia Ana Mendoza, o en los mundos sutiles de Tus ojos y la ciudad, de Niuska Miniet, otra de las piezas que calaron hondo en la sensibilidad de un público que agradeció la posibilidad de ponerse en contacto con canciones que debieran alcanzar mayor difusión debido a su incuestionable valor estético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario