Cuando se habla de paisaje urbano, por lo general se entiende que constituye una parte del diseño que ocupa las áreas verdes en función de un nuevo entorno o existente: la integración de un ambiente natural a uno artificial.
Una de las tesis más común en ese sentido es la restauración del equilibrio ecológico perdido, por la influencia de los seres humanos sobre el medio.
Pero lo cierto es que el concepto de paisaje urbano es mucho más abarcador, si son analizados la amplitud y variedad de elementos no naturales o acciones acometidas por los hombres y las mujeres, que conforman una ciudad o un asentamiento.
El término diseño ambiental es tan antiguo que proliferó en la primera mitad del siglo XX, después de que muchos críticos, científicos e intelectuales arremetieron contra el deterioro que provocaba la llamada ciudad industrial y sus fábricas.
Esa denominación cobró auge a partir de la primera Revolución Industrial (máquina de vapor) y de la segunda (electricidad), que generaron una secuela destructiva del medio ambiente.
A sus nefastas consecuencias se sumaron la tala indiscriminada de bosques, las minas a cielo abierto, el crecimiento incontrolado de las ciudades, la proliferación de villas miserias, naves industriales y chimeneas en el interior de las urbes, y la contaminación de la atmósfera y de las aguas.
Una situación semejante provocó, en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, el surgimiento de la teoría de las cinco escalas de diseño: regional, urbano, arquitectónico, industrial y gráfico.
Después de 1945, se llegó a la conclusión de que la industria era la única capaz de dar respuesta masiva a la destrucción que implicó la II Guerra Mundial y así se puso en práctica el dibujo en las cinco escalas definidas a la sazón.
Pero comenzaron a aparecer los eslabones perdidos de la cadena que, aunque no son fundamentales desde el punto de vista funcional-económico-político, son imprescindibles para el desarrollo social y cultural.
Sin las artes plásticas a escala urbana y las áreas verdes como complemento, acento y contraste, sería imposible calificar plenamente a un entorno determinado.(Por:Augusto Rivero)
No hay comentarios:
Publicar un comentario