Lázaro Barredo Medina
Lo que acaba de suceder en la Cumbre del ALBA en Cumaná, Venezuela, marca un hito muy importante para la región no solamente por adoptar decisiones valientes y firmes en vísperas de la Cumbre de las Américas, que no tienen precedente en Latinoamérica, sino también por evidenciar a una asociación de países que se perfila como una solución de futuro y que en realidad está haciendo gala a su nombre, porque cada vez más muestra el mundo que nace dentro de esa agrupación.
No es exagerado conceptualizar como un significativo acontecimiento político al ALBA, aquella idea que, como explicó Hugo Chávez, surgió en Isla de Margarita durante una Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, que era algo simbólico para contraponerlo al ALCA, pero a los pocos días Fidel le pidió información sobre aquello y a partir de ahí ambos gobiernos y pueblos comenzaron a trabajar.
Estamos en presencia de una institución que no tiene más allá de cuatro años de vida y se ha mostrado como una alternativa real y concreta al panamericanismo que promueven Estados Unidos y la OEA: el ALBA ejecuta más de 100 proyectos en varios países con estricto apego a la solidaridad más amplia entre los pueblos, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales restrictivas que puedan negar el objetivo de construir una verdadera integración donde se aprovechen las ventajas cooperativas entre las diferentes naciones asociadas para compensar las asimetrías entre sus países miembros.
Quizás por esas razones es que la manipulación mediática internacional ha tratado de que la VII Cumbre Presidencial del ALBA no tenga la adecuada repercusión o se pretenda menguar su impacto informativo o convertirla en la reunión que nunca existió. Es llamativo que los pronunciamientos de una reunión donde intervinieron altos dirigentes de nueve países (seis presidentes, dos primeros ministros y un canciller, así como otras personalidades, entre ellos el Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas) prácticamente han sido silenciados
¿Qué pasó en Cumaná?
Desde que el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, llegó a esta ciudad histórica se apreció en el ambiente un anticipo de lo que horas después acontecería en el salón de reuniones del Museo de Arte Contemporáneo, desde el cariñoso recibimiento de esa fuerza telúrica que se llama Hugo Chávez Frías reiterando la necesidad de fijar una posición de rechazo al bloqueo a Cuba en la víspera de la Cumbre de las Américas en Puerto España, Trinidad y Tobago.
La propia población de Cumaná expresó ese sentimiento a lo largo del recorrido, con banderas cubanas, vivas a Fidel y Raúl y carteles con frases de rechazo al bloqueo.
Cumaná, que en la lengua indígena significa unión de mar y río, es la capital del Estado de Sucre, a unos 400 kilómetros de Caracas. Fue la primera ciudad fundada por los españoles en la tierra firme del continente americano y en ella nació otro de los insignes libertadores, Antonio José de Sucre, el Mariscal de Ayacucho.
La reunión del ALBA en este hermoso lugar situado junto al Mar Caribe tiene otro simbolismo que sus pobladores, mayoritariamente bolivarianos, no ocultan y es el orgullo de que en el cuartel de esta ciudad prestó servicios el joven teniente Hugo Chávez Frías y aquí comenzó su actividad revolucionaria.
Desde la llegada al salón del Museo de Arte, Raúl recibe el saludo de otros muchos amigos, como los presidentes Evo Morales, Daniel Ortega, Manuel Zelaya, Fernando Lugo, los primeros ministros de Dominica y San Vicente y las Granadinas, Roosevelt Skerrit y Ralph Gonzalvez, así como el canciller de Ecuador, Fander Falconi, otros ministros y personalidades políticas y culturales.
La reunión no tiene precedentes por la expresión unánime de exigir a Estados Unidos la reparación de la injusticia histórica con el pueblo de Cuba y demandar el levantamiento total del genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de 48 años.
De igual modo, sobresale el profundo significado de que en medio del grave desafío de la crisis económica y social mundial, en el ALBA se decida crear para el 1ro de Enero del 2010 una moneda común denominada SUCRE (Sistema Único de Compensación Regional) que, antes de convertirse en una moneda corriente física, estará delineada como una moneda virtual para la creación de una unidad de cuenta común.
A ello se unen los proyectos económicos aprobados y que serán financiados por el Banco del ALBA, entre los cuales está la entrega de 9,3 millones de dólares para la producción de arroz en Haití, así como 5 millones de dólares para lanzar una campaña de alfabetización también en Haití. Asimismo, entregar 50 millones de dólares para suplir el boicot que desde EE.UU. pretende chantajear a la Nicaragua ante el posible retiro de la Cuenta Reto del Milenio (CRM).
Y otro asunto no menos importante: la expansión del ALBA al anunciarse el próximo ingreso de San Vicente y las Granadinas y la asistencia como invitados de Paraguay y Ecuador.
No exagero cuando digo que no hubo una sola intervención que no condenara a Estados Unidos o demandara al actual presidente Barack Obama que no condicione a Cuba o se limite a las medidas mínimas de haber levantado algunas restricciones con los viajes y las remesas, sino que cumpla las 17 resoluciones acordadas por las Naciones Unidas donde el mundo entero le ha demandado el cese del bloqueo que tanto daño ha causado al pueblo cubano. Es como un anuncio del alud de reclamos contra el bloqueo que se le viene encima a Estados Unidos en la Cumbre de las Américas.
Dentro de este contexto de intercambio de opiniones, uno de los mandatarios insistió sobre el papel de la OEA y la reparación histórica del reingreso de Cuba. Raúl, ya avanzada la sesión, se había levantado de su asiento para explicarle a Daniel Ortega que no escucharía todo su discurso por la necesidad de salir del recinto y al anunciar Chávez en ese momento de que le ofrecía la palabra a Daniel y con él terminaba esa sesión, el General de Ejército le pidió disculpas al amigo nicaragüense y pidió la palabra.
Puesto de pie y con emoción, Raúl improvisó su intervención de agradecimiento y de aclaración histórica. No se escuchaba ni el sonido de una mosca, todo el personal venezolano de protocolo y de apoyo paralizó su labor para oírlo. Mirando los rostros, incluso de personas curtidas por la lucha revolucionaria y la batalla política de estos años, se podía apreciar la conmoción que embargaba al auditorio. Cuando Raúl termina sus palabras, un joven dirigente bolivariano exclama a viva voz: ¡Cuba Sí, Yankis no!, a mi lado una joven emocionada tiene los ojos aguados, cuando la miro me dice: "es que es la historia viva la que ha hablado". Los aplausos, puestos de pie, de todos los concurrentes es un aviso de lo que vendría después, porque muchas personas no dejan de expresarle personalmente el reconocimiento por lo que ha dicho y cómo lo ha dicho.
El propio Daniel Ortega subraya el sentimiento general: "Raúl, nos sentimos orgullosos porque en tu voz está hablando la dignidad del pueblo cubano y de Fidel".
Cuando los mandatarios y demás personalidades se dirigen al parque Ayacucho para rendir homenaje al Mariscal Sucre, el pueblo quiere saludarlos a todos, pero el tema cubano tiene allí una prolongación de lo que había ocurrido en la Cumbre. Igual escena se repite después en el recorrido por el cuartel donde Chávez sirvió.
La madrugada, hasta altas horas, sorprende a numerosos compañeros de varios países encabezados por el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, preparando una propuesta de documento del ALBA para la V Cumbre de las Américas, donde todos los jefes de delegaciones reiteran los asuntos debatidos y donde fijan con todo detalle su reclamo a Estados Unidos con respecto a Cuba.
Tras las dos intensas jornadas, se produce el regreso a la Patria. Cuando sube al avión, Raúl saluda y jaranea con cada uno de los compañeros que lo acompañaron y exclama satisfecho: ¡Ha sido una buena reunión!
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