Por Noel Manzanares Blanco / Televisión Camagüey
Cualquier análisis que se vaya a realizar acerca de la Cuba de hoy y mañana, debe tener por referente los debates protagonizados tanto por las Comisiones de Trabajo como por el plenario del IV Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP —el Parlamento), que concluyó el pasado 20 de diciembre.
Ante todo, es estimulante saber que la economía cubana concluirá el 2009 con un crecimiento de 1,4 por ciento, que si bien es inferior al 6 por ciento inicialmente planificado sobre premisas más favorables, representa un ascenso cuando el escenario latinoamericano y caribeño en general cerrará este año con una contracción en su crecimiento de 1,8 por ciento —según certificó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) el 10 de diciembre último.
Es tangible que a través del año que llega a su final, sobre la economía cubana gravitaron tres elementos negativos en medida extrema: uno, la crisis económica mundial causante de la caída del precio del níquel, de los ingresos del turismo, del acceso a financiamiento externo y otros males; dos, el creciente acoso económico del “Norte revuelto y brutal”, al margen de los gestos con la comunidad cubana radicada en Estados Unidos; y tres, los trastornos ocasionados por tres huracanes que en el 2008 irrumpieron el acontecer nacional, con una secuela que aún perdura en parte de los lugares más afectados.
Pero también es tangible la proeza materializada: de acuerdo con trascendidos, creció en 4,3 por ciento la producción de leche a partir del estímulo a su producción, lo cual permitió ahorrar la importación de 2,300 toneladas de leche en polvo; disminuyó en 4 por ciento el consumo de combustibles, con el reordenamiento de las transportaciones de cargas y la remotorización, y las medidas aplicadas para el ahorro de electricidad en el sector estatal que evitó el gasto de 70 millones de dólares; y quedó solucionada al 95 por ciento las zonas de bajo voltaje. Asimismo, se constató el avance exportador, la elevada productividad del sector de la biotecnología y la industria farmacéutica, el aumento de la densidad telefónica y la digitalización en el país, la continuidad en el trabajo del programa hidráulico, el inicio satisfactorio del curso en todos los niveles de enseñanza, el creciente despliegue de la cultura en todo el país y la celebración de importantes eventos culturales.
Muy significativo fue que en medio de las dificultades objetivas que nos dañaron, la tasa de mortalidad infantil en el primer año de vida fue de 4,7 por mil nacidos vivos, la esperanza de vida al nacer es de 78 años y el Estado entregó cuanto estuvo a su alcance para combatir la influenza A H1N1 y el dengue.
Sin embargo, persisten problemas que hay que solucionar de una buena vez: si bien los ocupados en la economía se incrementan 2,5 por ciento con relación al 2008, fundamentalmente en la actividad presupuestada, y la tasa de desocupación resulta 1,7 por ciento, y el salario medio mensual crece un 2,9 por ciento al pasar de 415 pesos en el anterior diciembre a 427 en el presente año; lamentablemente la productividad del trabajo decrece 1,1 por ciento con respecto al año último, principalmente a causa del subempleo y del exceso de plantillas en la mayoría de las actividades del país. He aquí un asunto que urge revertir.
Debo significar que el anterior no es el único asunto que reclama un cambio substancial en la dinámica económico-social cubana. Mas —al decir del Presidente Raúl Castro en las conclusiones del citado Período Ordinario de la ANPP—, “en la actualización del modelo económico cubano, cuestión en la que se avanza con un enfoque integral, no puede haber espacio a los riesgos de la improvisación y el apresuramiento. Es preciso caminar hacia el futuro, con paso firme y seguro, porque sencillamente no tenemos derecho a equivocarnos”.
Para esclarecer de qué estamos hablando, el también Segundo Secretario del Partido Comunista de Cuba advirtió que nunca debemos olvidar la enseñanza de Martí cuando dijo: "Se ha de hacer despacio lo que ha de durar mucho".
Con vistas al 2010, constituyen elemento claves: no incurrir en gastos en divisas por un monto superior al de los ingresos/ considerar los inventarios como fuente del Plan/ limitar las nuevas inversiones en lo fundamental a aquellas que generen ingresos en divisas a corto plazo y sustituyan importaciones/ dar prioridad a las producciones que generen ingresos por exportaciones/ y reducir los gastos de la esfera social, pues la economía no soporta sus cuantiosos montos —puntualizó Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, al presentar en el mencionado plenario el informe sobre los resultados económicos del 2009 y los Lineamientos del Plan Económico y Social para el 2010 y del Presupuesto del Estado.
En este orden de ideas, merece ser subrayada una idea del compañero Raúl:
“El plan 2010 tiene como una de sus premisas que no se admitirán inversiones sin un estudio de factibilidad previamente aprobado, su adecuada preparación, incluyendo los proyectos, las correspondientes licencias ambientales y de Planificación Física y definidas las fuerzas constructoras e inversionistas que las ejecutarán y pondrán en explotación de acuerdo con un cronograma definido”.
Sobre esta base, se espera que el Producto Interno Bruto, a precios constantes, crezca un 1,9 por ciento en el 2010, ligeramente superior al de este año. Este crecimiento resulta discreto, pero se corresponde con el entorno previsible en que ha de desenvolverse la economía, donde el factor incertidumbre continuará estando presente, obligando a una constante vigilancia.
Entretanto, para el año entrante continuará el proceso de fortalecimiento de la institucionalidad en el país, y se perfeccionará la planificación de la economía nacional elevando el papel del Ministerio de Economía y Planificación como estado mayor del Gobierno en la conducción económica. Igualmente, se retomará la planificación a mediano plazo y en marzo del próximo año se aprobará en el Consejo de Ministros, en primera instancia, la proyección 2011-2015.
Mientras, sin dar un bandazo, sin improvisaciones, se le dará cumplimiento estricto a lo establecido desde hace años en la política de cuadros respecto a la composición étnica y de género de nuestra población; al tiempo que seguirá priorizado el tema de la edificación de nuestra invulnerabilidad militar, quedando restablecido el Ejercicio Estratégico Bastión en un ciclo normal cada cuatro años.
Simultáneamente, invariable permanecerá la actitud de principios respecto al diferendo histórico con el sistema político yanqui, y no cruzaremos los brazos frente a la organización e incitación a sus antipatrióticos asalariados que incrementan la actividad provocadora en nuestras calles y hasta se hacen acompañar por la prensa internacional y funcionarios diplomáticos en abierto desafío a las convenciones internacionales en la materia.
Por demás, el problema medioambiental ni remotamente será relegado. Por ello, el estratégico programa de trasvases de agua desde los macizos montañosos oriental y central, que abarca gran parte del país, desde Sancti Spíritus hasta Guantánamo, seguirá jerarquizado; sin obviar que, por instrucciones del Gobierno, nuestros científicos desde octubre del 2007 han intensificado las investigaciones en el marco del Programa de Enfrentamiento al cambio climático y posteriormente en el Consejo de Ministros en pleno se adoptará un documentado para los años 2050-2100 con el fin de anticiparnos en la elaboración de directivas para contrarrestar los efectos de estos fenómenos en los planes de desarrollo estratégico.
Un lugar muy especial en el quehacer revolucionario del pueblo cubano, ocupará la lucha por la liberación de nuestros Cinco Héroes, que acumulan más de once años de injusta prisión y que con su firmeza nos sirven de ejemplo e inspiración para los duros momentos que vivimos, sin perder ni por un instante la inconmovible fe en la victoria. Precisamente Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René devienen acicate para continuar batallando por la conquista de toda la dignidad, felicidad, prosperidad y fraternidad de cubanas, cubanos y la humanidad en general.
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