La cifra significa un despegue en el desarrollo de esta raza, cuyos rebaños pastan en suelos de los municipios de Ciego de Ávila, Venezuela, Bolivia y Chambas, sobre todo en áreas bajas y pantanosas no aptas para algunos cultivos.
Esta tendencia a elevar la especie se debe a los altos rendimientos cárnicos por su gran corpulencia, además de que refuerza el acopio de leche vacuna y es muy útil como animal de tiro, expresó Luís Manuel González Ortega, especialista en control pecuario de la provincia.
La empresa pecuaria Ruta Invasora se distingue al disponer de ocho lecherías bufalinas, que aportaron de enero a la fecha más de 27 mil 600 litros del alimento, el cual es más rico en grasa y proteínas que su similar de vaca, según expertos en ganadería.
El promedio por hembra de 3,7 litros es aceptable, cifra que tradicionalmente crece de septiembre a diciembre al registrarse más nacimientos en ese período.
Algunas de las unidades, como La Giraldilla y la de la cooperativa de producción agropecuaria Ángel del Castillo, cercanas ambas al pueblo de Jicotea, poseen ejemplares que tributan hasta 10 litros por día, informó Álvaro Góngora Torres, director de Ruta Invasora.
La entidad posee dos cebaderos estabulados con machos de esa raza, centros de futuros sementales y desarrollo de novillas para el reemplazo de reproductoras.
En 1983 comenzó en Cuba la crianza de búfalos de agua mediante la importación de unos tres mil animales y paulatinamente se diseminó por las provincias.
Oriunda del continente asiático, esa especie se ha propagado por muchos países de Europa, América del Sur, el Caribe, Australia y otras partes del mundo.
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