Celebrado anualmente en Cuba cada tercer domingo de junio, el Día de los Padres representa una forma de festejar y reciprocar la dedicación de los progenitores masculinos, un tanto en la sombra cuando se los compara con el papel de las madres en la crianza de los hijos.
Tanto para la propia existencia, como para el posterior desarrollo de la persona, la figura paterna es imprescindible e influye de manera importante en la consolidación del carácter del niño y del propio hombre, según estudiosos del tema.
Los buenos padres se caracterizan por sentimientos auténticos hacia sus hijos, las personas y el entorno que les rodea en general.
Si la actitud y el ejemplo son adecuados, se fortalece el precedente y eso conlleva a que el infante adquiera cualidades positivas, las cuales le servirán de mucho en su vida posterior.
La idea de celebrar el Día del Padre surgió por primera vez en 1909, cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd, en Estados Unidos, propuso la idea para homenajear a su papá, un veterano de la guerra civil llamado Henry Jackson Smart, quien crió a sus seis hijos solo.
Sonora expresó la idea de festejar la jornada el 19 de junio, fecha del cumpleaños de Henry, concepto acogido con entusiasmo por sus compatriotas y establecido oficialmente el tercer domingo de junio por el presidente Lyndon B Johnson, en 1966.
Aunque la inmensa mayoría lo celebra en el sexto mes, en otras naciones del mundo la conmemoración no tiene lugar el mismo día ni de la misma manera.
Serbia y Rusia lo festejan en enero y febrero, respectivamente, en el último país coincide con la efeméride dedicada al defensor de la patria.
En Italia, Portugal, España, Bolivia y Honduras, los padres reciben regalos el 19 de marzo, mientras que en Rumania, Corea del Sur y Tonga lo hacen en mayo.
Los papás de Uruguay, República Dominicana, Brasil y Letonia, entre otros, son agasajados en julio y agosto, al tiempo que los de Tailandia y Bulgaria son mimados en diciembre.
Sin embargo, son los padres alemanes los más afortunados, pues en esa nación hay dos fiestas asociadas a los progenitores, por un lado el Vatertag, el 21 de mayo, Día de la Ascensión de Jesús y feriado nacional, y el Herrentag, tradición consistente en hacer un viaje sólo de varones a una montaña, con carros, vino o cerveza y comida regional.
El primer festejo en Cuba fue el 19 de junio de 1938, por iniciativa de la escritora y artista Dulce María Borrero, quien abogó por su generalización en la Isla.
Desde ese entonces, cada tercer domingo de junio, la familia se une para entregar postales, regalos y homenajear al padre cubano en su día.(Yeneily García García)
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