Giselle, la leyenda popular germánica recogida por Heinrich Heine y que inspiró al poeta francés Théophile Gautier, regresa a la sala García Lorca, del Gran Teatro de La Habana, del 23 al 25 de julio.
Estas funciones, forman parte de lo que ha preparado para el verano el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Alicia Alonso.
La obra, coreografía de Alonso, sobre la original de Jean Coralli y Jules Perrot y libreto de Théophile Gautier, Vernoy de Saint-Georges y Jean Coralli, posee una significativa importancia dentro del repertorio de la compañía cubana.
Su trascendencia se debe no sólo, a su propia historia, sino también porque con esta pieza y con Alicia Alonso, su excepcional intérprete, Cuba trascendió por primera vez en el ámbito internacional de la danza.
Tanto la versión coreográfica de Alicia Alonso como su interpretación ha recibido a lo largo de los años innumerables premios, como el Grand Prix de la Ville de Paris en 1966.
En 1972 fue incorporada esa adaptación a la Ópera de París, donde tuvo lugar el estreno mundial de ese ballet el 28 de junio de 1841, con Carlotta Grisi en el papel de Giselle, Lucien Petipa en el de Albrecht y Adèle Dumilâtre en el de Myrtha.
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