Juan Marcos Méndez Amador, vicepresidente del Instituto Nacional de la Vivienda, informó a la AIN que la mayoría de estas acciones se concentraron inicialmente en inmuebles con daños parciales, para resolver el mayor nivel de afectaciones con los recursos disponibles en el país.
Antes de finalizar el año quedarán concluidas alrededor de 32 mil residencias, plan modesto de acuerdo con la difícil situación económica del país asociada a la crisis mundial y a los altos precios de los insumos, precisó.
Señaló que en 2010 continuará la recuperación de los 70 mil derrumbes totales de viviendas que subsisten desde el azote de los huracanes Gustav, Ike y Paloma, y se trabaja además en la aplicación de tecnologías alternativas para disminuir la vulnerabilidad de los domicilios ante el paso de eventos meteorológicos.
Méndez Amador destacó que se han creado talleres en 33 municipios del país para la producción de materiales destinados a apoyar la construcción de viviendas, sobre todo la obtención de elementos de pared y techo, de acuerdo con las características geológicas de cada uno de los territorios.
Aprovechar al máximo las potencialidades locales permitirá reducir los gastos y contribuirá a disminuir de manera progresiva el déficit del fondo habitacional en Cuba acumulado durante años, significó.
Los perjuicios asociados a fenómenos meteorológicos, la agudización de los efectos de la crisis económica internacional y el bloqueo norteamericano han incidido negativamente en la recuperación de este importante sector en la Isla.
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas señalan que la construcción de nuevas viviendas en Cuba tuvo un alza en 2006 de 111 mil edificadas, mientras el pasado año se concluyeron un total de 44 mil. (AIN)
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