Los 27 estados miembros de la UE intentarán llegar a un acuerdo, luego de dos rondas de conversaciones, sobre las personalidades que ocuparán las nuevas responsabilidades de Presidente y ministro de Exterior, cargos habilitados con el objetivo de reforzar el peso de Europa en el mundo y la celeridad de sus decisiones.
Según declaraciones de Reinfeldt, deberá tenerse en cuenta un equilibrio geográfico e ideológico, de manera que refleje los intereses de países grandes y pequeños.
A pesar del consenso de que la presidencia sería para un miembro de la familia conservadora, mayoritaria en el Consejo y el Parlamento europeos, las propuestas apuntan a tres democristianos: el primer ministro belga Herman Van Rompuy y sus homólogos, el holandés Jan-Peter Balkenende y el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
En las últimas semanas ejercieron presiones varias líderes europeas, con el propósito de que alguno de esos puestos recaiga en una mujer. Si deciden optar por esta variante, las ex presidentas Vaira Vike-Freiberga y Mary Robinson, de Letonia e Irlanda, respectivamente, aparecen como las favoritas.
Para Alto Representante de Exteriores la propuesta pudiera ser el ex primer ministro italiano Massimo D'Alema, y ante la falta de opciones, se comenta la candidatura del canciller español, Miguel Ángel Moratinos.
La tradición establece que los líderes europeos nunca votan y las decisiones trascendentales se toman por consenso; sin embargo, el presidente temporal de la UE, Fredrik Reinfeldt, anunció que de no llegarse a un acuerdo, el fallo podría tomarse por mayoría cualificada como establece el Tratado de Lisboa.
Esta modalidad de votación obedecerá al principio de mayoría de los Estados y de la población y requiere un mínimo del 55 por ciento de los miembros y el 65 por ciento de los habitantes de la UE.
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