(Discurso pronunciado por el comandante Raúl Castro, el 14 de septiembre de 1959 cuando el campamento militar de Columbia se convierte en Ciudad Escolar Libertad)
Este acto de hoy, en la nueva era que vive nuestra patria después del primero de enero, es el más importante de todos. Por la fuerza de su simbolismo, por una promesa más que se vuelve realidad, por una fortaleza más que cae para levantar sobre ella una fortaleza de espíritu, que son nuestras escuelas; por ser un acto que indudablemente constituirá uno de los más bellos ejemplos que al mundo podemos dar de la nueva fortaleza que hoy florece en nuestra patria.
Raúl, Camilo y Armando Hart en emocionado abrazo tras la entrega oficial de Ciudad Libertad.
Decían antiguamente que el que dominara Columbia tenía a Cuba en sus manos y nosotros queremos, si eso es cierto, que Cuba esté en las manos de la niñez cubana, por ser ellos lo más puro que hay en nuestro país y en todos los países del mundo y que esta imponente fortaleza, que hasta el primero de enero constituyera la amenaza más grande de nuestra nación, hoy pase a manos de nuestra niñez y una tras otra todas esas inmensas fortalezas irán siendo convertidas en escuelas y todo peso que se rebaje del presupuesto militar está justificado cuando se aumenten al presupuesto de la enseñanza.
Para defender la patria todos aquí lucharemos, un ejército pequeño, pero eficiente basta, porque el mejor ejército de la Revolución es el pueblo mismo. Y hoy, en esta victoria que sin sangre se ha logrado, hoy que abriendo el curso escolar hacemos entrega de esta fortaleza, hoy cuando de esta fortaleza, el ejército de la dictadura fue arrojado por el empuje incontenible del Ejército Rebelde, hoy, ese mismo Ejército Rebelde, se repliega cariñosamente ante el empuje de nuestra niñez; hoy cuando vemos convertida en realidad una de las consignas trazadas por nuestro máximo líder en las prisiones oscuras de Isla de Pinos, trazada hace más de siete años en aquel famoso discurso La historia me absolverá, hoy, cumpliendo aquella línea, Columbia, fortaleza militar, se convierte en Ciudad Libertad, ahora con más fuerza y más razón que nunca, Ciudad Libertad para el florecimiento de la cultura sobre la barbarie. Ciudad Libertad para el sano florecimiento de nuestra juventud.
En la otrora Ciudad Militar de Columbia, la mayor fortaleza de Cuba durante casi sesenta años, el Comandante Camilo Cienfuegos inicia la demolición de la posta seis. Son las dos y cuarenta de la madrugada del 10 de marzo. Con los muros cae toda una época de horror. (Tomado de Revolución)
Hoy el Ejército Rebelde abre sus brazos a la niñez cubana y le entrega Ciudad Libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario