La ola de despidos y de “desvinculados” que genera la actual crisis económica por la cual atraviesa el mundo, ha tocado bien de cerca a los encargados de informar sobre la tragedia.
Ciento treinta trabajadores de la redacción central del cotidiano chileno El Mercurio, incluidos 34 periodistas, cesaron en sus funciones en las últimas dos semanas. Desde finales del pasado año, otros 41 corrieron igual suerte en la filial del propio periódico en la ciudad de Valparaíso.
En tanto el gobierno solicita a los propietarios de diarios y otros medios de comunicación (radio y TV) “congelen” tales medidas, los directivos las emplean como pretexto para eliminar fuerza de trabajo e incrementar el desempleo.
El equipo de prensa de la televisora La Red, en número de 31, conocieron de su nefasta suerte durante la salida al aire del programa por el último día del año 2008. El 21 de enero último, la Televisión Nacional de Chile puso de patitas en la calle a 13 empleados. Ese día también el cotidiano Renacer de Angol, tras 36 años de circulación, debió cerrar y cesaron a 30 trabajadores.
“No se han adoptado medidas que pudieran disminuir el impacto de la crisis”, denunció el Colegio de Periodistas de esa nación el mes anterior.
Chile es botón de muestra, pues la ola de despidos posee alcance mundial. En Argentina, el grupo multimediático Clarín, en diciembre del 2008, pasó a “retiro voluntario” a decenas de reporteros, editores y diseñadores. Este mes, dejará de imprimirse el centenario Christian Sciende Monitor, de Estados Unidos, que saldrá en lo adelante en versión digital.
La cadena McClatchy puso a la venta el Miami Herald. El New York Times, deberá hipotecar su edificio y expendió el siete por ciento de sus acciones. Los Ángeles Times, Atlanta Journal y San Francisco Chronicle, conocidos universalmente, anunciaron despidos y reducción de paginado.
Univisión, la mayor cadena televisiva hispana, cesanteó a 300 personas. En ocho meses, los medios españoles despidieron a mil 705 trabajadores.
Hace apenas horas, el Sun Sentinel, de la Florida, decidió cerrar su corresponsalía en La Habana, según reportes de la agencia francesa de noticias.
Fuentes digitales, que citan a los ejecutivos del citado rotativo, informan que el editor principal dio a conocer que para junio habría una reducción en la plantilla de otros 40 puestos.
El Chicago Tribune, debido a dificultades financieras, se acogió en diciembre pasado a la ley de quiebras. Hace apenas 48 horas el Sun-Times Group, anunció adherirse a la referida legislación con el propósito de reestructurarse.
Cuba, que debió afrontar situación similar a inicios de la década de los 90 durante el llamado período especial, jamás lanzó a profesional u otro tipo de empleado a la calle; sino que, ante la contracción en la prensa escrita (paginado y periodicidad) reubicó a sus profesionales en otros medios: radio, televisión e Internet, y creó publicaciones y emisoras locales. (Por Marcos Alfonso)
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