El sitio donde este 26 julio se celebrará el acto por el Día de la Rebeldía Nacional evoca los fuertes lazos del Generalísimo con la actual provincia avileña
CIEGO DE ÁVILA.— El indisoluble nexo del Generalísimo Máximo Gómez Báez con el actual territorio de Ciego de Ávila fue el principal móvil para que la plaza construida en esta provincia llevara el nombre del insigne patriota dominicano.
En territorio avileño, Gómez (Baní, República Dominicana, 18 de noviembre de 1836-La Habana, Cuba, 17 de junio de 1905) protagonizó, con mil hombres, el cruce de la Trocha de Júcaro a Morón, el 6 de enero de 1875, considerada por las tropas colonialistas españolas una muralla infranqueable.
Ese constituyó, para el Ejército Libertador, el primer paso de ese obstáculo con un número alto de efectivos.
Veinte años más tarde el General en Jefe insurrecto repetiría la hazaña para abrirle paso al contingente invasor comandado por Antonio Maceo Grajales en su periplo guerrero hacia el occidente del país.
Por otro lado, el destacado revolucionario atacó a Ciego de Ávila el 26 de mayo de 1876, población rodeada entonces de nueve fuertes.
En los potreros de Lázaro López, hoy en la jurisdicción avileña, Gómez pronunció la célebre arenga en la que dijo: «El día que no haya combate será un día perdido o mal empleado», tomada precisamente en esta provincia como lema impulsor del 26 de Julio.
Ángel Cabrera Sánchez, historiador de esta ciudad, señaló que el Generalísimo creó en Ciego de Ávila una red de agentes y mantuvo cordiales relaciones con los altos jefes militares locales: José Gómez Cardoso, Juan Veloso, Pío Cervantes, y Nicolás Hernández Moreno, entre otros.
«Desde aquí dirigió muchas de sus acciones tácticas y estratégicas, recibió su única herida en combate y realizó su última carga al machete», apuntó el historiador.
Sánchez recordó que en territorio avileño Gómez evidencia sus rasgos de antiimperialismo en la carta que le escribe al jefe español Leopoldo del Calvo y también por estos parajes recibió una importante expedición independentista.
Gómez, además, está vinculado, de alguna u otra manera con todos los municipios avileños del presente, apuntó el investigador.
«Era una lástima que el extranjero con mayor alto grado militar participante en las guerras de independencia y quien fue esencialmente cubano, no contara con una plaza con su nombre. Esa plaza, es pues, un acto de justicia», señaló el destacado intelectual.
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