El fortalecimiento de la cadena de valor de la leche en Camagüey, a partir de una oportuna inversión con apoyo internacional, propiciará implantar un modelo piloto sostenible de integración a ciclo cerrado, desde el ordeño hasta la comercialización.
Este incorpora una estrategia a las condiciones locales de variabilidad climática en los municipios de Esmeralda y Jimaguayú, multimillonarios en la producción de litros de leche, donde cerca del 30 por ciento de lo que se acopia sufre afectaciones por grandes distancias de acarreo y déficit de frío.
La inversión propiciará, además, el beneficio a Unidades Básicas de Producción Cooperativa, (agrupaciones productivas obreras) responsabilizadas con el suministro lechero; la construcción de una minindustria en Esmeralda, que favorece también la incorporación femenina al empleo, y mejoras tecnológicas a equipos de transporte.
Tales propuestas se avienen con la estrategia de entrega de tierras en usufructo gratuito que actualmente se desarrolla, y donde más del 54 por ciento de las áreas adjudicadas en Camagüey se destinan a la ganadería, lo que valida la supremacía de esta provincia –la de mayor extensión territorial de Cuba- en la producción lechera cubana, con más de cien millones de litros por año.
Desde los finales de la década de los 60 del siglo pasado, en Camagüey se fomentó por idea del líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz la llamada “Cuenca Lechera”, que abarca un extenso territorio desde el municipio cabecera provincial hasta el de Guáimaro, con vistas al fomento ganadero a partir de una inteligente combinación de la ciencia con la sabiduría tradicional campesina.
Tal proceder ha posibilitado enfrentar imponderables del bloqueo a la isla que lastran el empeño de garantizar la leche a la población, mucho más en momentos en que una tonelada del producto en polvo en el mercado internacional supera los cuatro mil dólares. ( Pedro Paneque Ruiz )
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