Por: Luis Naranjo / Televisión Camagüey
El despertar de cada día debe ser de optimismo, de futuro, de amor. A esta mañana se ha unido la alegría, la alegría de los infantes cubanos, quienes amanecieron listos para festejar el Día de los Niños.
En los hogares, las escuelas, en las calles se nota el ir y venir, el retozo de los pequeñines que se sienten hoy más animados y confiados que nunca, porque saben que sus padres, familiares, amigos mayores y los hombres y mujeres de esta sociedad, tienen una responsabilidad inmensa, la de cuidar, formar y envolver de felicidad a nuestros niños.
Es alentador verlos declamando una poesía, representando una obra de teatro, danzando disímiles géneros musicales o interpretando una bella canción. Siempre, con la ingenuidad infantil de que tan emotivos momentos no fenezcan y se aleje el tiempo que los haga regresar a las cotidianas responsabilidades hogareñas y escolares.
Entonces, juguemos con ellos, llenémoslos de fantasía, démosles riendas sueltas a sus impulsos infantiles, pero siempre enriqueciendo su imaginación, llevados de nuestras manos, de nuestros sabios consejos, de nuestra imprescindible conducción, porque como dijera el Maestro, el eterno José Martí: ¡ Nada hay más importante que un niño!.
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