La actividad de la OTAN que se observa en el Ártico puede ocasionar la disolución del actual esquema constructivo de la colaboración entre los estados ribereños y alterar la agenda para el Ártico.
En términos así se expresó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Andrei Nesterenko, al comentar la celebración de las maniobras Cold response 2009, en el norte de Noruega.
Más de 7 000 efectivos de 13 países de la organización atlántica participan en el ejercicio, ensayando misiones de movilización de fuerzas de reacción rápida bajo situaciones de crisis.
Los países del Ártico encaran retos comunes, como los cambios climáticos y la disminución de la superficie de hielos marinos, por tanto no debe ser un campo de confrontación, sino una zona de colaboración internacional, recalcó el portavoz ruso.
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