Por Yanais Vega Bacallao
El trabajo más honroso y útil que puede desempeñar cualquier cubano de estos tiempo es enseñar a las nuevas generaciones, de ahí la importancia que se le concede a la formación de maestros y profesores al considerarlos como la base misma del desarrollo de la Revolución cubana.
La formación de docentes, con una elevada preparación científico-metodológica y humanista, se encuentra entre las prioridades de la máximas direcciones del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Gobierno en la provincia de Camagüey, dada su incidencia en la formación de las nuevas generaciones.
Para lograr estas aspiraciones, en el territorio se asegura un número creciente de estudiantes en carreras pedagógicas en centros que se extienden por los 13 municipios y se avanza en la categorización de profesionales con capacidad para impartir docencia.
El trabajo sistemático de la formación vocacional y orientación profesional, incrementa el interés de los estudiantes por el ingreso a las carreras pedagógicas, al mismo tiempo que satisface sus aspiraciones de contribuir al avance del nuevo modelo educativo cubano.
Los volúmenes de matrícula en los Institutos Preuniversitarios de Ciencias Pedagógicas crece como parte de la estrategia de la provincia para dar solución a mediano plazo a las necesidades de docentes.
Las escuelas cubanas convertidas hoy en micro universidades, constituyen el lugar adecuado para demostrar la validez de las transformaciones al mismo tiempo que despiertan el deseo y la necesidad de saber cada día más.
El avance de la tercera gran revolución educacional cubana, al mismo tiempo que facilita el aprendizaje de todos los cubanos en los lugares mas apartados, exige la calidad de los profesionales formados en la educación superior.
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