lunes, 6 de septiembre de 2010

Un país tan rico, pero tan pobre

Por: Ernesto Pantaleón Medina / Televisión Camagüey

Tierra admirable la de los Estados Unidos de Norteamérica; vastas extensiones enmarcadas por el Pacífico y el Atlántico… maravillas naturales como el Gran Cañón del Colorado, el humedal de las Everglades o las cataratas del Niágara.

Pueblo inteligente y laborioso, dio a la humanidad numerosos inventos que mejoraron la vida, vio nacer a lumbreras de la ciencia, íconos de la literatura, estrellas de la cinematografía universal y músicos insignes.

Gente valiente que supo arrancar la independencia del imperio británico y hacer crecer el país de manera vertiginosa hasta convertirse en la primera potencia económica mundial.

Pero no son buenos los estadounidenses como gobernantes, ni como vecinos o socios, porque imponen su criterio a la fuerza; porque arrebatan al de al lado (o al de más allá) cuanto recurso o territorio necesitan; porque amenazan y chantajean, se valen de asesinos a sueldo siempre que les conviene, y porque llevan la muerte a millones de hogares con sus bombas y misiles y ofenden la paz, la libertad y la democracia al invocarlas.

Ellos, sin justificación plausible, lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki cuando Japón era un enemigo vencido, y hoy gastan miles de millones en guerras perdidas de antemano, amparados por el engaño y la mentira a la propia opinión pública norteamericana, mientras ejércitos de obreros y empleados van a la calle por culpa de la crisis.

Por muy discutibles razones, gobernantes y generales han mandado al matadero a miles de jóvenes que quizás ni siquiera sabían ubicar en el mapa a Irak o Afganistán.

Es hora ya de que ese pueblo valiente, inteligente y laborioso suelte la rienda a su pensamiento y abra los ojos a la realidad, para percatarse de lo próximo que está el fin de nuestra especie. Entonces con su acción, podría poner las cosas en el debido lugar.

Sólo así se preservaría para las futuras generaciones de norteamericanos, esa hermosa nación de tantas maravillas, de tanto talento, pero la pobre, tan necesitada de paz y de sosiego. Sólo así podrían legar a la humanidad un poco de esperanza en el mañana.

No hay comentarios: