Camagüey,-La luz es ausencia de tinieblas. Una observación sin altos vuelos de ciencia demuestra que a pesar del nubarrón más denso, el sol siempre está ahí, irradiando. ¿Cómo perder la confianza en nuestras estrellas que aun en los huecos más profundos no pierden su brillo? Resulta imposible para quienes creemos en el mejoramiento humano y en el uso de la virtud.
Ya se cumplieron doce años de ensañamiento contra los Cinco, pero ellos permanecen incólumes. Tuvieron un juicio ¡en Miami! .No pudo haber mayor falta de juicio. El veneno de las víboras anticubanas destiló su efecto hasta en los miembros del jurado. Desde antes del veredicto sobran las declaraciones para comprobarlo, “sí, tengo miedo por mi propia seguridad, si no regreso con un veredicto en concordancia con la comunidad cubana”, así afirmó por entonces, el posible jurado Cuevas.
Aun por sobre las patrañas, las pruebas a favor de la inocencia de los héroes cubanos constituyeron un aguacero de dimensiones históricas en el plano jurídico de los Estados Unidos de América: setenta y cuatro testigos, ciento diecinueve volúmenes de testimonios, el record de más de ochocientos documentos, con alrededor de cincuenta mil páginas, ninguna razón valió para un jurado parcializado.
En contra de las propias leyes norteamericanas les llamaron espías, les impusieron sentencias que merecen ser sentenciadas, apenas un día después de tantas evidencias y ya estaban listas las sanciones, prefabricadas, por supuesto. Prisión. Tortura. Un negrísimo capítulo de apelaciones en Atlanta, prácticamente otra tortura. ¿Dónde está la justicia en la “tierra de la libertad”?
Un intenso reclamo internacional forzó a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos a la revisión del caso. ¿Resultados? La cúspide de las violaciones al derecho internacional, muestra de la complicidad con la política de amparo al terrorismo desarrollada durante más de cincuenta años por los gobiernos norteamericanos. El ensañamiento no puede ser más claro. No se trata de espías, sino de presos políticos víctimas de un ilegal y sanguinario proceder contra el pueblo cubano.
Pero todo está al favor de los Cinco, por eso nadie pierde la confianza en su pronta liberación. Sí, la naturaleza lo demuestra, cuando una fuente de luz tiene suficiente energía incluso la más densa oscuridad abre paso. Y es que a los patriotas cubanos se les condena por denunciar el terrorismo financiado por el gobierno del Norte. No se les enjuició por violar las legislaturas estadounidenses, sino por quitarles las máscaras a quienes entenebrecen la vida en el mundo entero y se ensañan con una Cuba soberana.
Los Cinco prueban ser héroes, hombres virtuosos y, según José Martí, “la virtud, vencida siempre en apariencia, triunfa permanente de este segundo modo”. Las víboras miamenses actúan como bestias, creen que el daño infrigido supera la luz vertida por su mordedura. Pero la verdad gana voz en todo el orbe y crecen las demandas de libertad para los luchadores antiterroristas; basta nombrar las hechas por una decena de laureados con el Premio Nobel, numerosos órganos legislativos, centenares de parlamentarios, organizaciones de juristas de numerosos países, incluyendo Estados Unidos, comités de solidaridad y foros a favor de ya liberación de los cubanos en disímiles idiomas, entre otras.
¡¿Cómo pueden existir tan altos niveles de vileza y necedad?! Las mafias y los gobiernos mafiosos deben desaparecer por el bien de la humanidad. Los Cinco actuaban para que no se perdieran vidas ni cubanas ni norteamericanas. ¿Cómo es que no son también héroes de Estados Unidos? ¿Por qué silenciar en los medios de comunicación norteños tan heroica labor de los cinco cubanos? ¿Cuánta sangre costará la hipocresía del gobierno norteamericano, autoproclamado defensor del antiterrorismo?
Claro, como expresó el Apóstol, “solo ven y proclaman la virtud los que son capaces de ella”. En Miami hay quienes alimentan los buitres y les llaman palomas. Enseñan al mundo su injusticia con descaro mientras protegen a reconocidos terroristas como Posada Carriles y Orlando Bosch. Interceden por quienes como Alan Gross, para desconfiar de él basta su apellido, fomentan la ilegalidad y agraden la soberanía cubana.
Volverán. Ya han vencido los cercos de la piel y los barrotes, su luz se expande. El gobierno del in Nobel y los ofidios anticubanos no calculan la potencia de los héroes y no podrán impedir que el mundo denuncie la injusticia. La victoria de la verdad es siempre segura, ahí está nuestra confianza. No importa cuán hondo abra sus entrañas el monstruo y cuanto amenace con sus garras, cuando las estrellas nacen, desde sus albores estremecen con su energía y su luz perdura por millones de años. Ninguna injusticia, hermana de la mentira, dura tanto, y como reza el refrán la mentira puede correr mil años, la verdad la alcanza en un día. El día está pronto.(Rogelio Serrano Pérez)
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