Aun cuando entró en vigencia con el inicio del presente año, solo 20 naciones, entre ellas Cuba, habían ratificado hasta comienzos del mes la Convención sobre el Patrimonio Cultural Subacuático.
Ese tratado fue suscrito en el seno de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ocho años atrás, informa hoy el periódico Granma.
La Convención estipula la obligación de proteger el patrimonio sumergido, su preservación prioritaria in situ y la negativa a la explotación comercial de los vestigios existentes.
También incluye la cooperación entre los estados con miras a salvaguardar este valioso patrimonio, la promoción pública de su importancia, y la concertación de programas para la formación de profesionales en arqueología subacuática.
Junto a Cuba, que formalizó su respaldo al tratado en mayo del año pasado, habían confirmado el documento hasta finales del 2008 Barbados, Bulgaria, Cambodia, Croacia, Ecuador, Eslovenia, España, Libia, Líbano, Lituania, México, Montenegro, Nigeria, Portugal, Santa Lucía, Panamá, Paraguay, Rumania y Ucrania.
Entre las acciones emprendidas por Cuba se halla, por parte de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la jerarquización del tema en el nuevo diseño que adoptó desde mediados del 2008 el Museo Castillo de la Real Fuerza.
Otro programa puesto en marcha implica el manejo de los vestigios de la flota del almirante Cervera, hundida en 1898 frente a la embocadura de la bahía de Santiago de Cuba.
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