viernes, 22 de julio de 2011

Fuerte explosión sacude capital noruega

La policía ha informado de la muerte de al menos dos personas por la explosión de una bomba en el centro de la capital noruega, Oslo. El estallido ha sacudido varios edificios gubernamentales, entre ellos, las oficinas del primer ministro, Jens Stoltenberg.

Según la agencia de noticias noruega NTB, el jefe de Gobierno no ha resultado herido por encontrarse en ese momento fuera de su despacho. Las fuerzas de seguridad noruegas han instado a los ciudadanos a abandonar el centro de Oslo, localidad de algo más de medio millón de habitantes.

Hasta el momento nadie ha asumido la autoría del atentado. Las escenas que llegan de la ciudad noruega confirman también que varias personas han resultado heridas.

Algo más de dos horas después del estallido, el propio Stoltenberg ha confirmado que tanto él como el resto de los miembros de su gabinete están “bien”. Aunque el primer ministro, con las cautelas del momento, ha evitado confirmar que se trate de una ataque terrorista, sí ha calificado de “muy grave” la situación.

La sede del diario VG, el de mayor tirada en Noruega, situada también en el centro ministerial de Oslo, se ha visto de igual modo afectada. “Veo rotas las ventanas del edificio del VG y de la sede gubernamental”, ha señalado un periodista testigo de la explosión a la radio NRK. “Hay gente con sangre en la calle”. Otro testigo citado por Reuters ha cifrado en al menos ocho los heridos por la explosión. Esta misma fuente ha señalado que del Ministerio del Petróleo salía fuego.
“Una zona de guerra”

Einar Hagvaag, periodista del diario noruego Dagbladet, ha explicado en conversación telefónica que la explosión ha tenido lugar en las inmediaciones del cuartel general del Gobierno noruego. En concreto informa de que el acceso al edificio de 16 plantas donde tiene su oficina el primer ministro se encuentra completamente destruido. “Parece una zona de guerra”, ha descrito Hagvaag desde las calles próximas al lugar del estallido. Las vías de acceso a la zona han sido cortadas.

Junto a los cristales caídos de las ventanas de los edificios afectados en la zona, los testigos han relatado que hay restos de un vehículo destrozado, además de humo por encima de los inmuebles. La sirenas, según las grabaciones que han llegado a la Red, han saltado en medio del caos que agentes de la policía tratan de controlar en la calle entre heridos ensangrentados y desorientados, personal hospitalario y ciudadanos que tratan de asistirlos.

Francisco Valseca, ingeniero informático español de 30 años, ha explicado a este periódico que cuando se encontraba en su puesto de trabajo a unos siete kilómetros de donde ocurrió la explosión, se escuchó un estruendo. “Hemos notado un fuerte temblor del edificio y hemos pensado que era un trueno porque hoy está lloviendo”. La actividad en la capital noruega, según su relato, continúa en su mayoría con normalidad y el transporte público mantiene sus servicios, a excepción del área donde ocurrió la explosión. Los medios de comunicación locales muestran imágenes de las áreas cercanas a la zona gubernamental. “Hay cierto nerviosismo y vemos en la televisión personas heridas”, ha explicado Valseca.

Pese a que ningún individuo ni grupo ha reconocido la autoría del ataque, Noruega ha recibido en el pasado amenazas de islamistas radicales por su implicación en la guerra de Afganistán y su participación ahora en la campaña militar de la OTAN en Libia. Un experto consultado por la agencia Reuters, John Drake, ha apuntado que este atentado no es muy diferente al que golpeó Estocolmo en diciembre y que, posteriormente, relacionaron sus autores con el papel de Suecia en la guerra afgana.






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