Los preparativos de una invasión a la República Islámica de Irán siempre estuvieron en la mente de los estrategas israelíes. Tel Aviv -desde hace mucho tiempo- no se ha cansado de repetir descarada y abiertamente que está lista para atacar por la vía militar al país de los ayatolas.
Lo más interesante de toda esta fiebre guerrerista, es que el lobby sionista de la administración norteamericana ha convertido la política de guerra israelí en la prioridad número uno de sus esfuerzos para asegurar el apoyo de la Presidencia y del Congreso en esa contienda.
Tal y como lo refleja el Comandante en Jefe Fidel Castro en su artículo “La opinión de un experto”, citando al periodista norteamericano-israelí Jeffrey Mark Goldberg, es evidente que una aventura bélica representa un paso muy grande para el actual gobierno de Ibrahim Netanyahu.
No caben dudas, y eso lo sabe muy bien la cúpula castrense israelita, que una incursión bélica acarrearía consecuencias nefastas, no sólo para ese país y el Medio Oriente, si no para todo el planeta. De modo que para ellos es más fácil “lanzar” a los norteamericanos a esa ofensiva, como expresa el conocido refrán cubano: “Es como la gatica de María Ramos: tira la piedra y esconde la mano.”
La justificación para los halcones del Imperio está más que latente en cada acción emprendida. Para nadie es un secreto que la batalla por los recursos energéticos en pleno siglo XXI comenzó con los conflictos en Iraq y Afganistán.
Las reservas planetarias se están agotando paulatinamente. E incluso, algunos expertos coinciden en que la crisis con los hidrocarburos tendrá su clímax en el 2033. Es evidente que el factor petróleo ocupa cada vez más espacio en la política internacional norteamericana, e Irán es el punto de mira.
Fidel ha apelado una y otra vez a la responsabilidad del presidente norteamericano Barack Obama -Premio Nobel de la Paz- para que no se deje llevar por las falaces intenciones de sus protegidos, y pulse el botón que dé inicio a las hostilidades.
De hecho, el portal alternativo Rebelión informó recientemente que el Club Bilderberg acordó el bombardeo del territorio iraní, una vez se cumplan las sanciones de la ONU y comience la inspección de buques de esa nacionalidad.
La movilización de medios navales hacia las costas de la nación islámica constituye el primer paso de un golpe a gran escala, que después desembocaría en un ataque “quirúrgico”, el cual no excluye el uso de armamentos de sofisticadas tecnologías, sin exceptuar las bombas atómicas.
Los hechos acaecidos en los últimos años y que se relacionan con los métodos terroristas del llamado Gobierno Mundial, prueban que a los miembros de la macabra conspiración denunciada por el escritor Daniel Estulin, se le han subido los humos a la cabeza.
Están jugando con fuego quienes pretenden imponer su absurda tiranía planetaria, como si se tratara de uno de esos tremebundos filmes de ciencia ficción.
Todavía quedan muchas alternativas para lograr que nuestra casa común escape ilesa de un sueño loco y peligrosamente egoísta. (Conrado Vives Anias)
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