Cepero muestra la calidad de los filtros producidos.
Un sencillo y ecológico filtro de barro y aserrín está a punto de generalizarse en la provincia de Camagüey, tras comprobarse mediante pruebas de laboratorio su eficacia en el tratamiento bacteriológico del agua.
Amado Cepero, especialista del proyecto en el Centro Integrado de tecnologías del Agua (CITA), asegura que la aplicación del “colador” natural, podrá extenderse a aquellas zonas montañosas y periféricas de las ciudades del país donde aún las fuentes de consumo carecen de costosas plantas potabilizadoras.
Los análisis físico-químicos del aditamento “casero”, revelan la eliminación total de bacterias causantes de enfermedades diarreicas e infectocontagiosas, y el mejoramiento de la transparencia del agua, aunque persistan en ella los minerales que contengan.
El filtro, fabricado en la prestigiosa institución camagüeyana, consta de un recipiente de arcilla y aserrín cernido, de ocho litros de capacidad montado sobre un bidón plástico evacuador de hasta 2,5 litros de agua purificada por hora.
“Aquí en el centro asumimos el diseño, construcción e instalación de todas las máquinas herramientas para la “fabriquita” de filtros: el molino de martillo, la removedora para unir el barro y el aserrín fino, la prensa, los moldes, el horno… y estamos en condiciones de producir unas 250 vasijas mensuales”, afirmó Cepero.
La producción del recipiente purificador no es costosa, pues la arcilla de calidad empleada abunda en Camagüey -Ciudad de los Tinajones- y el aserrín, la otra materia prima utilizada, se recupera en aserríos y carpinterías, en tanto el proceso del horneado rústico no necesita el consumo de petróleo ni electricidad. (Rolando Sarmiento Ricart)
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