Roberto Ramírez, enviado especial
Milán, 10 sep (AIN) Asueto competitivo, preparación de sus semifinalistas y críticas al comportamiento arbitral, matizan hoy el acontecer del Campeonato Mundial de Boxeo que concluye el sábado en esta ciudad italiana.
Tras nueve jornadas en que se definieron los medallistas, la justa dejó libre este jueves como preámbulo de sus dos últimas fechas, pero habrá entrenamiento para quienes la víspera aseguraron bronces.
Entretanto la Asociación Internacional (AIBA) promociona casi como una obsesión la Serie Mundial que comienza el próximo año e insiste en su propósito de buscar transparencia en las votaciones, pero el panorama aún dista de lo deseado.
Según la entidad y fuentes consultadas en la cita, ya fueron expulsados dos oficiales, incluido el turco actuante en el pleito perdido por el cubano Rey Eduardo Recio (75 kg) con el alemán Konstantin Buga, pero ello no bastó.
No se trata de que el Forum Mediolanum haya acogido un desborde de clásicos despojos que privaran del triunfo a hombres dominantes de manera evidente, pero sí han abundando marcaciones muy injustas y malos trabajos sobre en ring.
Un ejemplo: El combate de 57 kilos ganado anoche 10-4 por el ruso Sergei Vodopianov al antillano Yasniel Toledo (57), a quien la jueza de República Dominicana solo asignó dos puntos para contribuir a un veredicto que le negó golpes muy claros.
Pasó igualmente a otros, incluso a triunfadores que merecieron más y habrían trabajado menos presionados, como Yankiel León (54), y ello disparó las críticas generales, con independencia de que el fenómeno se considere determinante o no en el balance final de cada pelea.
Téngase en cuenta que cualquier decisión injusta, ya sean puntos no validados o regalados al contrario, o permitir a este, crea desconcierto y suele obligar a cambiar la táctica para remontar desventajas o neutralizar acciones.
Cuba, que depende de varias figuras noveles, ha sido blanco de esa realidad, que impone el doble reto de sostener la firme postura de enfrentamiento a las irregularidades y elevar la preparación para lidiar con ellas sobre el ring.
La AIBA por su parte está precisada a aplicar sanciones realmente ejemplarizantes, quizás más allá de separaciones del evento en cuestión, porque solo así se sacudirá de incapaces y corruptos.
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