Por Rosa María Moros Fernández/ Radio Cadena Agramonte
Apenas restan unos días para que una de las primeras siete villas fundada por los españoles en Cuba: Santa María del Puerto del Príncipe, arribe a su aniversario 496.
Más allá del dato cronológico exacto, lo verdaderamente trascendente en sus casi cinco centurias de existencia, es el aporte legado por cada generación a la nacionalidad cubana, en términos de historia y cultura.
El próximo 2 de febrero marcará además el primer aniversario de la proclamación oficial por la UNESCO, como Patrimonio Cultural de la Humanidad, del segmento más antiguo de la Ciudad.
El reconocimiento ha estimulado la continuación de un bien estructurado programa de renovación que, aún en medio de limitaciones y dificultades, avanza en la medida de lo posible.
Destacan en este empeño los especialistas de la Oficina del Historiador, quienes rescatan lo más autóctono de la localidad, preservando un conjunto patrimonial que trasciende como único en más de un sentido.
Y es que la evolución, desarrollo y consolidación de un proceso cultural muy particular en el Camaguey, está vivo en la idiosincrasia de sus habitantes y en el enriquecimiento de su entorno.
La memoria histórica con la que convivimos implica entonces un reto para quienes residen en esta porción de la geografía cubana.
Asumirlo significa interiorizar los valores del lugar que habitamos, y con el que cotidianamente tenemos que interactuar, respetando sus esencias.
El comportamiento coherente de cada residente local con el espacio que lo enmarca va mucho más allá de las fechas conmemorativas, y deviene componente esencial de esa cultura citadina que aún resulta insuficiente.
Preservar los valores de una ciudad que hace casi 496 años denominaron Santa María del Puerto del Príncipe, es entregar a las generaciones por venir un legado que, más allá del pequeño coto camagüeyano, pertenece al mundo.
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