En la lid de carácter popular intervinieron todas las personas enfermas o no, corriendo, caminando en silla de ruedas, patines o en bicicleta.
La justa comenzó a las diez de la mañana y la Emisora Nacional Radio Reloj dio la arrancada, con salida y meta frente a la capitalina sala polivalente Kid Chocolate, lo que garantizó la simultaneidad a lo largo y ancho del archipiélago.
Carlos Gattorno, director del Proyecto Marabana, afirmó a la AIN que miles de corredores se dieron cita aquí a pesar de la fuerte lluvia, lo cual demostró una vez más la capacidad organizativa del movimiento deportivo cubano.
Manifestó que esa concurrencia evidenció la conciencia que tiene la población en la lucha contra ese enemigo común que tantos millones de vidas cobra a la humanidad.
Irene Álvarez, jefe de la sección del banco de biología del Instituto de Oncología, expresó que los fondos recaudados son destinados a financiar las investigaciones del cáncer de mama y cérvico uterino, los dos que más afectan a las féminas en la Isla y en el mundo.
También estuvieron presentes representantes de la embajada de Canadá en Cuba, funcionarios de los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Salud Pública, y glorias deportivas.
Terry Fox fue un joven canadiense que sufrió la amputación de su pierna derecha, a los 18 años de edad, afectado por ese flagelo y con una prótesis corrió 42 kilómetros diarios durante 143 jornadas consecutivas en 1980 y murió 10 meses después a causa de la dolencia.
En Cuba los Maratones de la Esperanza se realizan desde 1998 y forman parte del programa nacional de lucha contra el cáncer. (AIN)
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